::::c::::a::::o::::s::::m::::o::::s:::: Caô Press |
6.6.04
Último desejo (nota fúnebre)
Quando eu morrer, façam do meu corpo o que quiserem: queimem, enterrem, entreguem aos urubus - não sem antes, claro, aproveitar dele o que puder ser aproveitado. Só faço questão de uma coisa: que haja velório (pouco importa o local) e que nele se toque um CD que estou preparando. Nada de padres, pastores ou rabinos, a não ser que se disponham a ficar quietos. Leituras de textos outros - de poesia a notícias das páginas de esportes - serão bem-vindas. Quanto ao CD, ainda não sei exatamente que músicas entrarão nele, mas algumas já estão praticamente certas: Frank Zappa - Filthy Habits (do disco Sleep Dirt) Pink Floyd - A Saucerful of Secrets (versão em estúdio, do disco homônimo) Nadejda Hvoineva - Izlel e Delio Haidutin (do disco Le Mystère des Voix Bulgares, vol. 3) Ravi Shankar & Philip Glass - Meetings Along the Edge (do disco Passages) King Crimson - Starless (do disco Red) Astor Piazzolla - Concierto para quinteto (do disco Hora Zero) A princípio, a ordem acima está boa. Eu adoraria incluir nessa lista o Introitus do Réquiem de Mozart, mas como seria óbvio demais, esqueçam. Ah, caso eu me mate - isso é extremamente improvável, mas nunca se sabe - incluam mais estas duas: Roberto Goyeneche - Solo (do disco Tangos del Sur) Roberto Goyeneche - Como abrazado a un rencor (idem) Como abrazado a un rencor Tango (1930) Música: Rafael Rossi Letra: Antonio Miguel Podestá (El Gauchito) (recitado) "Está listo", sentenciaron las comadres - y el varón, ya difunto en el presagio, en el último momento de su pobre vida rea, dejó al mundo el testamento de estas amargas palabras piantadas de su rencor... (cantado) Esta noche para siempre terminaron mis hazañas un chamuyo misterioso me acorrala el corazón, alguien chaira en los rincones el rigor de la guadaña y anda un algo cerca 'el catre olfateándome el cajón. Los recuerdos más fuleros me destrozan la zabeca: una infancia sin juguetes, un pasado sin honor, el dolor de unas cadenas que aún me queman las muñecas y una mina que arrodilla mis arrestos de varón. Yo quiero morir conmigo, sin confesión y sin Dios, crucificado en mis penas como abrazado a un rencor. Nada le debo a la vida, y nada le debo al amor: aquélla me dio amargura y el amor, una traición. Yo no quiero la comedia de las lágrimas sinceras, ni palabras de consuelo, no ando en busca de un perdón; no pretendo sacramentos ni palabras funebreras: me le entrego mansamente como me entregué al botón. Sólo a usté, vieja querida, si viviese, le daría el derecho de encenderle cuatro velas a mi adiós, de volcar todo su pecho sobre mi hereje agonía, de llorar sobre mis manos y pedirme el corazón... |